Las 80 frases de Carl Gustav Jung para comprender mejor su obra -I-

Carl Gustav Jung nació el 26 de julio de 1875 en Kesswil, en Suiza. Su padre era clérigo protestante, y su madre Emilie Preiswerk, pasaba largas temporadas recluida en instituciones debido a diversos trastornos psiquiátricos.
Tuvo tres hermanos, pero estos fallecieron de forma temprana. En medio de ese escenario tan complejo y desolador a instantes, el pequeño Carl no tardó demasiado en desarrollar un carácter solitario y observador. Adoraba la naturaleza, la historia, la filosofía y recluirse en su particular mundo interior. Así, algo que tuvo muy claro desde muy temprano es que no deseaba seguir el mismo camino religioso que su padre y su abuelo pretendían marcarle. Él tenía su propio destino.
Tal y como reveló años después en diversas entrevistas, su vida cambio a raíz de un sueño de infancia. Para él fue algo determinante: soñó que caía en un oscuro agujero, el cual le llevó hasta a la cámara real de un palacio de techos altos y alfombras rojas. En el centro de esa sala había un árbol de apariencia humana, siniestro y oscuro. Al fondo, la voz de su madre le gritaba que se alejara: era el «devorador de hombres».

80 frases de Carl Gustav Jung

La visión de Jung con respecto a la psique humana y los diversos aspectos que nos configuran como personas posee un marcado tinte simbólico e incluso espiritual. Para comprender mejor la obra de Jung, puedes repasar las siguientes reflexiones del autor.

1. El encuentro de dos personas es como el contacto de dos sustancias químicas: si hay alguna reacción, ambas se transforman

En esta frase Jung reflexiona sobre la capacidad del ser humano de provocar una reacción en el otro y la importancia del contacto humano en el desarrollo, el proceso de cambio y la transformación vital.

2. Conozca todas las teorías. Domine todas las técnicas, pero al tocar un alma humana sea apenas otra alma humana

Esta frase hace referencia a que independientemente de nuestros conocimientos y habilidades somos seres humanos que tratamos con otros seres humanos. Un trato frío y distante puede ser perjudicial, siendo imprescindible el establecimiento de relaciones de confianza desde la comprensión y aceptación incondicional.

3. Uno no alcanza la iluminación fantaseando sobre la luz sino haciendo consciente la oscuridad… lo que no se hace consciente se manifiesta en nuestras vidas como destino

Jung nos impulsa con esta frase a dejar ir nuestro lado inconsciente y permitir la expresión de los instintos, sin reprimirlos por miedo o temor.
Cuando pensamos en Tarot Junguiano, es importante recordar que Carl Jung no dibujó ningún tarot.  Carl Jung, considerado como el primer psicólogo humanista, nos dejó uno de sus descubrimientos más importantes, la existencia del Inconsciente Colectivo, que ese espacio donde esta guardada toda la memoria de la humanidad y que hoy sabemos que se transmite a todas las especies de generación en generación en cada una las células.  A este espacio llamado Inconsciente Colectivo o ICC, se accede a través del mundo de las imágenes y símbolos, tales como los que se encuentran en las cartas del tarot y que nos muestra patrones de comportamiento los cuales llamamos arquetípicos, porque son un patrón tipo del cual otros objetos, ideas o conceptos se derivan.
Existen también otras formas de acceder al ICC, como son los sueños y los ejercicios de imaginación activa. Esta última puede ser propiciada por el estudio de las imágenes de las cartas y sus elementos; las imágenes suscitan o permiten que ese recuerdo ancestral archivado en nuestra memoria se active, ayudándonos en nuestro proceso de evolución y en la consecución de aquellas cosas que queremos lograr.
Decía Jung, que en la segunda mitad de la vida, con la llegada de los 40 o como resultado de una crisis, en algún momento,  el ser humano  se vuelve más espiritual y comienza el camino hacia la integración, es decir hacia la individuación. Este camino implica el reconocimiento de los aspectos negados de sí mismo y la aceptación todas esas partes, lo que le permitirá volver de nuevo a sentirse integrado, formando parte de ese Todo, del cual una vez salió para emprender el Viaje.
A través de las imágenes del tarot podemos darnos una idea de ese viaje que se inicia con El Loco, un personaje iluso e indiferenciado, que experimentará una serie de vicisitudes y acontecimientos, hasta llegar de nuevo al lugar su origen totalmente transformado, consciente de quien es y adonde pertenece.
Este proceso es cíclico, y es parte de muchos ciclos contenidos uno dentro de otro; y se inicia cada vez que emprendemos una nueva tarea o queremos alcanzar una nueva meta. No es un proceso circular que vuelve al mismo punto cada vez, sino en espiral, por eso cada experiencia nos sitúa en un escalón más arriba, cada experiencia es una oportunidad de evolución.
Contemplando las imágenes del Tarot de una manera sistemática y ordenada, podremos comenzar a sentir cambios y vivir experiencias que nos ayuden a conocer y/o reconocer partes de nosotros mismos relegadas u olvidadas, que nos ayudarán en nuestro proceso de crecimiento interior y nos conducirán en el proceso de individuación

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